Reportaje
Víctor M. Santos Chablé
18 de junio de 2011
La educación debe esperar para ser atendida por el gobierno de Tabasco, al menos eso es lo que tienen claro alumnos y profesores del Instituto de Difusión Técnica (IDIFTEC), quienes desde hace una década, mantienen una lucha por mejorar sus condiciones educativas, a pesar de inundaciones, influenza, sindicatos y negligencia de las autoridades educativas.
Conscientes de la necesidad de educar al pueblo, principalmente en los lugares más pobres, el Movimiento Antorchista de Tabasco emprendió, desde hace más de 10 años, una lucha con la Secretaría de Educación (SE) y el gobierno del estado, para lograr la regularización de una preparatoria en el ejido San Manuel Tenerife, del municipio de Huimanguillo. Posteriormente se unió a la lucha un grupo de habitantes del ejido Constancia y Venecia del municipio de Centla, para gestionar también una escuela de nivel preparatoria en su localidad, pues la educación más avanzada que conocían sus hijos era la secundaria.
Dos años más tarde, se unieron a la lucha los indígenas de la zona Chol del municipio de Macuspana para que, de igual forma, buscaran el reconocimiento de una preparatoria en la zona.
Fruto de esa lucha, que aun sigue en pie, a mediados del 2007, con 80 alumnos, en el ejido conocido como Constancia y Venecia, se logró el reconocimiento oficial del plantel educativo que se demandaba, quedando esta legalmente registrada como Instituto de Difusión Técnica (IDIFTEC) No. 14.
La Influenza, pretexto para negar apoyo
Después de llegar a un acuerdo con la SE y el Sindicato Nacional de Trabadores de la Educación (SNTE), se estableció que el pago de las materias y horas impartidas en la institución se dividirían en dos partes: una parte para profesores recomendados por Antorcha Campesina, y la otra para profesores del SNTE, mientras que la dirección sería elegida por la SE. Así se ha venido manejando desde hace 4 años; pero existe un problema y no es el manejo de la escuela, sino las pésimas condiciones de la institución, y es aquí donde es más evidente la política de los oídos sordos y de pretextos que la propia Secretaria de Educación y, principalmente el Gobierno del estado, han mostrado todo este tiempo.
“Se han hecho todas las gestiones correspondientes de acuerdo a los procesos administrativos que se requiere, como la elaboración del proyecto de la construcción de la escuela, y proyectos para la mejora de todo lo que corresponde al trabajo escolar. Pero hasta hoy no hemos recibido respuesta favorable por parte del gobierno del estado”, apuntó Roberto Benítez, director de la escuela.
Añadió que la respuesta a las denuncias siempre ha sido la misma: “Las limitantes económicas” que padece el estado, a veces derivado de atender eventualidades como la inundación de 2008, que afectó gran parte de Tabasco; y posteriormente la influenza. “Oficialmente esto no ha permitido la asignación del recurso que el plantel requiere”.
El directivo informó, además, que se han hecho escritos y formado comisiones, “se ha hablado en la Secretaria de Educación con las autoridades de la Coordinación de la educación media superior y superior, y también con el gobernador del estado, pero el justificante del gobierno es que los recursos con los que dispone el propio estado se han utilizado para estos programas emergentes, es decir, la educación tendrá que esperar”.
El hartazgo de alumnos y profesores
Son 18 maestros y 85 alumnos los que a diario se quejan ante su director, los padres y entre ellos mismos, sobre las condiciones en que se imparten las clases. La queja es permanente: los estudiantes piden un espacio digno, condiciones mínimas donde puedan desarrollar sus capacidades de aprendizaje. Los maestros, por su parte, quieren un espacio para desarrollar sus habilidades de enseñanza.
Los techos de las aulas, son de lámina de zinc y las paredes de lámina y madera, “no podemos tener mobiliarios adecuados por que no hay la seguridad mínima”, señalan profesores.
Roberto Benítez narra que las instalaciones con las que cuentan, son fruto del trabajo solidario de los alumnos, maestros y padres de familias que dedicaron tiempos extras y fuerza física para que se construyeran las galeras, se pusieran paredes -a medias- de material propio de la región.
También señaló que la pequeña construcción de ladrillos que hay en el plantel sólo abarca 4 baños, todos sin techo, y 2 sin puertas; además de un salón que hace las veces de Dirección, a medias. Todas fueron producto de cooperaciones económicas que los padres de familias han realizado, “para que los papeles de la escuela ya no se escapen con las corrientes de aire, porque no hay un lugar seguro para resguardarlos”.
Estudiantes no ven futuro
Lo peor de esto, señalan los profesores, es que “cuando hacemos promoción para reinscribir a los estudiantes, muchos nos preguntan: ¿Dónde nos van a dar clases?, a manera de broma, pero con una carga de verdad, les decimos que debajo de un árbol. Eso es algo que también limita el acceso de muchos alumnos, pues los estudiantes ven las condiciones del plantel y prefieren irse a otros planteles con espacios ya construidos, ya en forma, como en el caso del Cecyte No. 5 del poblado Ignacio Allende o el plantel 18 de Colegio de Bachilleres de Villa Vicente Guerrero o al puerto de Frontera donde está la CETMar, aunque éstos estén muy lejos de su hogares”.
Por otro lado, los alumnos Luis Reyes de la Cruz de sexto semestre, y Chuiná Concepción Ramos e Imelda Ramos de segundo, dijeron que todos los alumnos mandaron una carta de inconformidad al gobernador del estado, ya que las instalaciones no son adecuadas para recibir clases, “se necesitan muchas cosas, las aulas no están en condiciones”, y recalcaron la necesidad de contar con equipos de cómputo.
“Hay varios alumnos que conocemos que van a salir de la secundaria, y no quieren venir para acá, pues ellos buscan un lugar donde las condiciones sean más adecuadas y aquí no se encuentra eso”.
También dijeron que en tiempo de calor, tienen que salir y recibir clases debajo de un árbol, y en tiempo de lluvias el aíre azota fuerte y moja todas sus pertenencias, se quejan ante sus padres, pero ellos solo dicen “ni modo ahí te vas a quedar, ahí vas a terminar tu prepa”, señalaron
Antorcha Campesina, la única esperanza
“La verdad no sabemos si seguiremos esperando a que el director logre algo con sus gestiones legales, o los padres de familia nos uniremos como antes para luchar por la educación de nuestro hijos, pues cuando nos organizábamos con Antorcha Campesina hacíamos movilizaciones, e incluso plantones al gobierno del estado hasta que nos atendía, y fue así que logramos que la prepa que hoy existe aquí lograra su registro”, señalo don Nicolás May Cruz.
El director también ve muy probable que, si las autoridades no atienden esta negociación pasiva, va a llegar el momento en que se tendrá que hacer una cuestión más activa.
“Los padres están muy preocupados y ellos a su manera hacen presión, envían escritos, en ocasiones sugieren tomar medidas extremas como cerrar la carretera, o marchar por toda la vía federal hasta la capital, para que el gobierno escuche y vea la necesidad que tenemos”.
Darbelio Gómez Aguilar profesor de Ecología, señaló que al principio la situación la dirigía Antorcha Campesina pero luego, con el director de la SEP, las gestiones sólo las realiza la dirección de la escuela, sin éxito alguno. “Desde que el director tomó las riendas, el asunto quedo así, a la deriva, porque a veces tenemos hasta miedo de enfrentarnos al gobierno”.
También dijo que la mayoría de los profesores consideran que el gobierno pretende que el plantel desaparezca, pero que antes que eso suceda, se unirán a las protestas de los padres y estudiantes y, si los respalda Antorcha Campesina, exigirán con mucha mayor fuerza que se atienda la negligencia por la que están pasando.
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